junio 01, 2006

“De las modernizaciones de la dictadura, sólo falta la reforma a la educación, que hay que hacerla”

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Reafirmando que el debate sobre la educación no es un tema sectorial, el académico de la Universidad Alberto Hurtado sostuvo que se requiere un cambio institucional del sistema, por lo que es necesario un consejo de reforma similar al que estudia el mecanismo previsional. “La igualdad en la enseñanza define mucho más la calidad democrática de un país que otro tipo de cosas”, recalcó.
Raúl A. Rivera
Una de las fórmulas que habitualmente entregan los expertos del área económica para alcanzar “el gran salto es el desarrollo” es el tema educacional. Empero, los estudiantes han demostrado estos días que no se puede quedar en las palabras, y que se requiere de un debate inmediato de este tema.
Para el director del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), Juan Eduardo García Huidobro, en el último tiempo comenzaron todas las reformas “modernizadoras” que la dictadura realizó al comienzo de los ochenta. “Ya comenzó la discusión de las AFP y ya se hizo un debate sobre salud. Lo único que faltaba era en educación, que ya llegó y hay que hacerla”, sostuvo el académico.
-¿Cuál es el principal problema de la educación en Chile?
-El sistema educacional en Chile se divide en tres sectores: municipal, particular subvencionado y los colegios privados. Tenemos un problema de desigualdad y de segmentación, los que sumados hacen el problema más complejo, tanto desde el punto de vista de la sociedad que estamos construyendo, como del dominio de las competencias culturales básicas.
-¿Qué problemas existen?
El hecho de tener a los alumnos sólo con sus iguales genera dificultades que son complejas. En primer lugar, un problema de aprendizaje, ya que si existe una mayor heterogeneidad ganan todos; ganan los chiquillos de familias donde los niveles de cultura letrada no son tan altos, lo que produce una enseñanza recíproca importante. Y también gana el alumno del sector más acomodado, porque conoce el país real, se enfrenta con la diferencia. Desde el punto de vista de aprendizaje como desde el punto de vista de cultura cívica tener una educación más integral es algo que el país necesita sí o sí.
Hay un elemento que es más complicado todavía que es la enorme segmentación. Por ejemplo, el municipio de Providencia usa no sólo los dineros que recibe del Estado a través de la subvención por alumno, sino que también puede colocar recursos de fondos comunales, lo que resulta en una educación interesante. Distinto es lo que pasa en una comuna con gran población pobre, donde el municipio prácticamente no puede colocar un peso de su erario municipal fuera de lo que el Estado le entrega.
Lo mismo ocurre en el sector particular subvencionado como en el pagado, donde tenemos una educación que funciona con precio, por tanto hay todo tipo de posibilidades.
-En la coyuntura, ¿cuál sería la primera medida que se debe adoptar?
- Se debe entender que ésta es una discusión compleja. No es posible que esto lo decida el ministro de Educación reunido con los estudiantes. Aquí claramente tenemos que entrar a un diálogo nacional.
Lo mejor para partir sería formar una comisión, al estilo de la que se ha formado para la reforma de la previsión. En este caso, la comisión debería ser más plural, con estudiantes, apoderados, personas del mundo académico, políticos, para ir avanzando en una discusión que no va a ser fácil.
-¿Hay que cambiar la reforma educacional que llevó adelante el Gobierno de Frei Ruiz-Tagle?
-Todo lo que se ha hecho en la reforma está bien. Por ejemplo, se ha realizado una reforma curricular que está cambiando en el mundo globalizado. Casi se ha duplicado el ingreso de los profesores y podemos seguir mejorando. Se ha generado también un avance importante en todo lo que es medios técnicos para enseñar; los alumnos tiene libros de texto, en las escuelas y liceos hay bibliotecas, computadores. En la mitad de ellos hay internet y en un 40% de ellos banda ancha.
Pero lo único que no hemos cambiado, que es la tablita que los estudiantes están moviendo ahora, son los aspectos institucionales. Chile mantiene la institucionalidad de la educación igual como se estableció en la dictadura entre 1980 y 1981. Si nos remontamos a esa época, en esos años se hicieron las famosas ‘modernizaciones’, que ahora se están reformando. Ya se comenzó la discusión de las AFP, ya se hizo un debate sobre la salud. La única discusión que faltaba era la de educación, que llegó y hay que hacerla.
-¿Qué elementos son fundamentales en el debate?
La educación tiene mucha más implicancia en términos de qué sociedad queremos, qué tipo de igualdad queremos, qué tipo de ciudadanía queremos. Define mucho más la calidad democrática de un país la igualdad de educación que la igualdad en otro tipo de cosas.
Si alguien tiene una verdadera igualdad de oportunidades puede remontar otras desigualdades. Si estamos dando una educación donde los desheredados van a seguir desheredados, estamos reproduciendo la pobreza de una generación a otra, la falta de poder de una generación a otra, y eso le quita legitimidad a cualquier orden democrático.

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